jueves, 17 de febrero de 2011

Biotecnólogos luchan contra gusano come aguacates

El principal enemigo de los aguacates es un gusano. Pero este pequeño ahora ya tiene quién le de la batalla. Y son precisamente los científicos-biotecnólogos del IPN quienes diseñaron un bioinsecticida contra el insecto, mejor conocido como el gusano telarañero.
Y grandes recursos así como esfuerzos y miles de horas están siendo dedicados a este tema. Como es de todos conocido, el aguacate es uno de los frutos de mayor exportación de México, sin embargo, los estándares de calidad libres de pesticidas son muy altos. Cuando traen residuos de insecticidas, ya utilizados para combatir a este curioso gusanito, simplemente los países extranjeros dejan de comprar el delicioso aguacate.
El gusano telarañero tiene la capacidad de enrollar sus hojas atrapando al fruto para formar una telaraña a su alrededor, lo que seca el aguacate, por supuesto se vuelve imposible de comer. Con ello se pierden millones de pesos en cosechas.
La líder de la investigación contra este fanático del aguacate, es la Dra. Ninfa María Rosas García, del Instituto Politécnico Nacional, quien declaró que se usaron bacterias que matan al gusano, lo cual las convierte en un método que no deja residuos, no hace daño a las personas y mucho menos daña el medio ambiente.
Como principal productor de aguacate (Persea americana Mill), el reto en México es erradicar esta plaga y el Centro de Biotecnología Genómica (CBG) del Instituto Politécnico Nacional realizó un bioinsecticida contra dicho insecto.
 “Propusimos el desarrollo de un insecticida biológico, biodegradable en el ambiente, no causa ningún daño, aunado a que el fruto pueda ser exportado sin ningún pretexto. Por ello, nos dimos a la tarea de buscar bacterias endémicas de la región de Michoacán y Nayarit, zonas productoras de aguacate para ver si encontrábamos alguna que fuera eficiente y controlar al gusano telarañero”, explicó.
Como en México no se encontraron bacterias tóxicas para el gusano, la investigadora del CBG recurrió a una cepa de colección (que fue aislada por otra persona y en otro país), llamada Bacillus thuringiensis que tiene un alto grado de toxicidad contra dicho este insecto, y con este principio activo se desarrolló una formulación cuyo resultado es un insecticida biológico completamente biodegradable con el que --a nivel experimental en cultivos de este fruto-- pudo controlarse la plaga. (Con información de la Agencia ID)

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